Salida invernal a la Aneto y las Maladetas

Durante la pasada semana, el grupo de alta montaña «SÓLLER BEN AMUNT» se embarcó en una nueva expedición en el corazón de los Pirineos, esta cordillera imponente que sirve como frontera natural entre España y Francia. La ya clásica salida invernal de enero.

La primera etapa de la aventura los llevó en el Pirineo aragonés, donde establecieron su base en el Refugio de la Renclusa, cerca de Benasque. Este refugio, situado estratégicamente a los pies de las montañas. La atmósfera acogedora del refugio, combinada con el buen ambiente del grupo, creó un clima idóneo para la aventura y la diversión.

La meteorología favorable los sonrió, ofreciéndolos días claros y soleados que los permitieron disfrutar plenamente de la majestuosidad de los Pirineos. Con condiciones óptimas, el grupo se aventuró hacia el desafiando Aneto, el pico más alto de la cordillera con sus imponentes 3.404 metros de altura. La ascensión a la Aneto es un reto exigente en cualquier época del año, pero la adición de las condiciones invernales añadió un nivel extra de dificultad y emoción a la empresa.

A pesar de encontrar tramos de nieve dura a causa de la carencia de precipitaciones recientes, el equipo demostró su habilidad y determinación mientras ascendían lentamente hacia la cumbre. Finalmente, después de superar el famoso y temido de Paso de Mahoma lograron la cumbre de la Aneto, donde fueron recibidos por unas vistas panorámicas de las que te dejan sin aliento.

Pero la aventura no acabó aquí. Animados por su éxito al Aneto, el grupo se propuso conquistar otro reto: la Maladeta, otra cumbre impresionante que supera los 3.000 metros de altitud. Con determinación renovada y espíritu de equipo, se dirigieron hacia esta nueva meta, enfrentándose a terrenos escarpados y condiciones variables.

A lo largo de la semana, el grupo demostró una notable cohesión y compañerismo, alternando momentos de concentración y esfuerzo con risas y diversión. Cada miembro aportó su grano de arena y habilidades, contribuyendo al éxito colectivo de la expedición. Para algunos, como Lluís, fue la oportunidad de lograr su primer pico de 3.000 metros, mientras que para otros, como Joan, Xisco y Andreu, fue una oportunidad de sumar nuevas cumbres a su lista de experiencias en la montaña.

Con el final de la semana llegó el momento de decir adiós en los Pirineos, a pesar de que los recuerdos de esta aventura perdurarán mucho de tiempo. Mirando hacia el futuro, el grupo ya está peleando opciones para su próxima aventura invernal en los Pirineos.

Cuál será la próxima cumbre?

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